Sábado, 13/04/24

Bruma del Conocimiento

Los límites y contornos de las formas se difuminan cuando se ven envueltos por la bruma del Conocimiento, alejando la densidad que busca aquella necesidad de certeza y concreción, fruto de la ignorancia.

En la niebla del Conocimiento, la razón y la lógica, características del pragmatismo, cesan de existir. El suelo sobre el que se fundamenta el saber científico deja de tener consistencia, y la mente se sumerge en indeseada masa gaseosa de incógnita. Es la nube del no saber, tan temida por el ego que siempre anhela concreción.

Cuanto menos se sabe, cuanto menos seguro se está de las formas, del mundo, de uno mismo, de las ideas y creencias, de la fe, de los dogmas impuestos por terceros… más cerca se está de la Verdad. Así, hasta que un día esa misma Verdad nos engulle, literalmente hablando, y cesamos de existir, aunque nuestros cuerpos continúen realizando sus funciones vitales con normalidad.

A partir de ese instante, el mundo entero -incluido el sí mismo- queda diluido en una aparente nada. Entonces es cuando sunya, el vacío, hace acto de presencia. Sin embargo, no es un vacío tal y como la mente imagina y el ego teme. No. Experimentamos cómo ese vacío es pleno, pues lo contiene todo y a todos. Algo que sólo es posible serlo.

 

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Silencio Interior – Escuela

 

 

 

Bruma del Conocimiento 13/04