Sábado, 05/07/25

Tránsito cuántico

«Quiero sentir el universo sobre mí».

Amaral, cantante.

Buscas la visión de lo Absoluto, pero ignoras que ello no es posible. A Eso no se lo puede ver, tampoco sentir. Al Infinito sólo se lo puede ser. Descubrir nuestra identidad verdadera es comprender que la naturaleza de lo que Es carece de distinción con la nuestra. Somos Eso.

Ese es el descubrimiento del ser autorrealizado. Saberse ser Eso, sin separación. La no-dualidad que preconiza el Advaita no es con los hombres ni con el mundo, sino que es con eso mismo que denominamos Dios, Brahmán, lo Real, el Todo… No dos, somos uno solo con Eso.

Sin embargo, el hombre, en su necedad, todavía lucha y se retuerce en su microcosmos individual. Ebrio de personalidad y aferrado a ritos y ceremonias sin valor, pugna por ver a Dios, sin tan siquiera atisbar que Eso mismo que busca es él mismo, que siempre lo fue y lo será.

Descubrir que todo el drama, cuando no tragedia, de su ilusoria existencia transcurre sólo en su imaginación es motivo de risa. Despertar es darse cuenta de que el buscador es precisamente lo buscado. Descubierto el juego ¿qué sentido puede tener seguir buscando aquello que uno mismo ya es?

El tránsito de «buscador» a «encontrador» es en realidad un salto cuántico que nos lleva a otra dimensión. Dimensión a la que ni la mente ni los sentidos pueden tener acceso.

 

Silencio Interior – Escuela

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Tránsito cuántico – 05/07