Sábado, 12/07/25
Resolver el enigma
Los sentidos han demostrado su total incapacidad para investigar con un mínimo de éxito la realidad que nos rodea. Por otro lado, la mente es también incapaz de descubrir la naturaleza última de semejante realidad. La consciencia, que parecía ser el último bastión de la esperanza, tampoco sirve de mucho.
En realidad, no sirve de nada, pues ¿qué capacidad puede tener para captar la Eternidad aquello que un día emergió y un día desaparecerá? Luego, también la consciencia resulta inútil para descubrir lo que siempre Es de naturaleza trascendente, por metafísica.
Eso que va más allá de los sentidos, de nuestra naturaleza y también más allá de la luz de la consciencia. Eso que nos permite percibir el mundo material y la realidad del microcosmos que hemos creado a nivel individual, el cual no deja de ser una ilusión más como otra cualquiera, una superposición que impide captar lo Real.
Mientras tanto, Eso que siempre Es nos envuelve y contiene. Es preciso comprender que mientras exista un “hacedor” que “haga” algo -lo que sea-, por conseguir rasgar el velo de maya que impide la percepción de lo Real, Eso quedará sumergido en el misterio, ya que el propio individuo es el mismo velo que impide su percepción.
Descubrir que el obstáculo soy yo es encontrar la clave que resuelve el misterio. Tras el velo de la ilusión personal, está lo Real. No está oculto. Nunca lo estuvo. Tan sólo nuestra propia estupidez nos impide su percepción. Se habla de desapego… y uno trata de desapegarse de las cosas, de las emociones, los pensamientos, los deseos, los miedos…
Así hasta crear una lista sin fin. Pero, cuanto más me desapego, más crece el ego espiritual, creyendo que estoy consiguiendo algo muy profundo, muy espiritual. Sin embargo, lo único a comprender es que aquí, el único que sobra soy yo, es mi individualidad. Es por ello preciso liberar al mundo de mí. Ese es el auténtico vairagya, el desapego.
Ni vacío ni plenitud, ni el todo ni la nada, ni yo ni tú, ni ciencia ni religión, y mucho menos la filosofía. Todo el enigma es mucho más fácil de resolver cuando se comprende la ilusión que creo ser. Entonces sucede la gran carcajada, fruto de la comprensión, al observar cómo la individualidad desaparece.
El tú y el yo se diluyen en jñana, el Conocimiento que otorga la comprensión donde la dualidad queda disuelta en la irrealidad que la compone. Para entonces, todo un universo de paz y armonía florece. Ahora bien, ¿quién es capaz de eliminarse a sí mismo? ¡Serás bobo! ¿Acaso no ves que eso es lo único a comprender?
Silencio Interior – Escuela
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