Sábado, 14/12/24
Tres mentiras
Básicamente, el mundo se sustenta sobre tres enormes mentiras. Por un lado está la materia, el mundo de las formas, los objetos, las cosas y las propiedades, el dinero… Por el otro lado está la vida espiritual, en todo su amplio espectro de cualidad sutil e invisible a los sentidos.
De la materia se encarga la ciencia, mientras que del factor espiritual se encargan las religiones y la filosofía, aunque el ocultismo ocupe también su lugar. Así pues, Ciencia, Religión y Filosofía son las ramas de un mismo árbol, el cual es preciso cortar de raíz si se desea profundizar en el Conocimiento metafísico.
La Ciencia se aferra a lo pragmático, a todo aquello que puede medir, pesar y tocar. Las religiones se aferran a la fe, las creencias y los dogmas. Las filosofías se sustentan sobre la ideología y las teorías intelectuales que dan lugar a discusiones sin fin que no llevan a ningún buen puerto. Del ocultismo, mejor ni hablar.
¿Qué queda entonces? En apariencia nos queda la individualidad arropada de personalidad, es decir aquella idea que tenemos de nosotros mismos y que creemos ser. Esta es la tercera gran mentira sobre la que el mundo se sustenta, la cual también ha de ser erradicada sin contemplación alguna.
Mente, cuerpo y espíritu quedan disueltos ante la luz de la Conciencia pura que en verdad somos y que lo observa todo a años luz de distancia. Descubrir la Conciencia es el gran hallazgo. Cuando sucede, uno se encuentra al final del camino, próximo a acariciar aquello que siempre ha sido y nunca ha dejado de ser.
Silencio Interior – Escuela
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