Sábado, 01/11/25

Noche misteriosa

Mumuk shutva, el intenso anhelo de liberación provoca la sintonía con el Absoluto. De ahí puede surgir sraddha, la fe, cualidad demandada por las diferentes religiones, ya que se supone que sin fe no se puede sentir la presencia de Dios. Sin embargo, para sintonizar con el Absoluto no es precisa tal fe, sino que bastaría con la confianza.

Pregunta: Entonces, si tal sintonía no está condicionada por la fe ¿qué es lo que lo impide?

Respuesta: Antes que nada, es preciso aclarar que una cosa es el Absoluto y otra, muy diferente, es Dios. No son lo mismo, aunque la mente ignorante induzca a tal suposición y creencia a través de la fe. El Absoluto o parabrahman está más allá de la idea de un Dios creador o Demiurgo.

Lo que básicamente impide su percepción es avidya, la ignorancia metafísica. La ausencia de tal conocimiento implica la carencia de una práctica convenientemente direccionada, quedando el practicante extraviado entre ideas, conceptos y preceptos morales, con la consecuente identificación, asmita.

Tal corriente de pensamientos son condicionantes además de recurrentes y terminan por crear un cierto parloteo interno con el que se da forma al microcosmos individual. Por este motivo, se hace necesario amanaskata, aquietar la mente, requisito indispensable de todas las tradiciones propias del sanatana dharma, la Sabiduría Perenne.

P: ¿Por qué en la noche resulta más fácil la conexión con el Absoluto o lo superior trascendente?

R: Debido a que en jagrat, el estado de vigilia que habitualmente se tiene durante el día, tal posibilidad de percepción aparece sensiblemente disminuida por las abundantes impresiones que sobrevienen durante la jornada, dificultando la conexión con swarupa, la esencia, la cual es un puente al Infinito.

En tal estado de jagrat, manas, la mente empírica, se encuentra muy activa, predominando el guna rajas. Semejante actividad genera una densa cortina de ruido a través de las impresiones y su correspondiente interpretación que impide la percepción del Absoluto, creando a su vez ilusorias realidades paralelas en forma de microcosmos individuales.

Sin embargo, es durante la noche donde tal velo suele quedar disuelto en primer lugar en el estado de swapna, el sueño con ensueños, al descender al sótano del subconsciente, donde permanecen almacenados en forma latente todos los recuerdos e impresiones relevantes vividas en el pasado, los denominados samskaras; así como los vasanas, las semillas de los deseos futuros.

No obstante, será en el estado de swapna, la subconsciencia, donde se generan las imágenes oníricas y la creación de nuevos e imaginados mundos -sueños y ensoñaciones-, los cuales vienen a ser tan ilusorios como los vividos durante el estado de vigilia. Sin embargo, ahí es donde precisamente emerge un potencial creativo de infinitas posibilidades, algo digno de ser aprovechado.

Así mismo, conviene recordar que durante la noche también se transita por el estado de sueño sin ensueños, sushupti, donde la inconsciencia impone su ley de aparente vacuidad. La oscuridad nocturna elimina las impresiones externas, y en el estado de sushupti también las internas, dejando al descubierto el misterio intangible del Absoluto, revelado tan sólo a aquellos que osan ir más allá de las formas visibles.

P: ¿Qué queda entonces?

R: La Conciencia pura sin traza alguna de individualidad, también conocida como parabrahman o Absoluto, lo que está más allá de Dios. En este estado, también conocido como turiya, es donde se experimenta la absorción en lo Absoluto. Por este motivo, la noche es tan preciada por la mística de todas las tradiciones y religiones.

Observa cómo muchos de los denominados estados místicos se han experimentado casi siempre durante la noche, o en condiciones de intensa oscuridad. Es en la oscuridad donde la cualidad extrasensorial, propia de la consciencia, se amplifica y expande, traspasando con facilidad los límites corporales y mentales, rompiendo la inútil identificación con el cuerpo y el psiquismo.

Al romper con asmita, la identificación con el personaje que se cree ser y con el cuerpo que se habita, vivarta vada, es más fácil llegar a acariciar un vislumbre de lo Real, lo cual proporcionará un sentir diferente, por impersonal. Una vez desarrollada la capacidad de sintonía y conexión consciente con lo Absoluto a través del sentir, es posible integrar tal sintonía en la vida cotidiana.

Conocer el tránsito entre los diferentes estados de consciencia es fundamental en el sendero del autoconocimiento. En realidad, el conocimiento de los diferentes estados de consciencia, envolturas y cuerpos no es otra cosa que un mapa que ayuda a recorrer tales estados sin riesgo de extravío. En nuestro caso, semejante mapa nos fue concedido por la tradición del Vedanta Advaita y el Yoga.

 

Silencio Interior – Escuela

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«Noche misteriosa»

Fotografía: Laura Yagüe

 

 

Noche misteriosa – 01/11